lunes, 9 de julio de 2012

Ser absolutamente moderno

Mauricio Fonseca López reflexiona acerca de la obra Stabat Mater, de Marvin Coto, con motivo de la visita que éste compositor realizara al Taller Literario Alajuelense, donde presentó dicha obra y comentó con los asistentes acerca del proceso de construcción de la misma y, en general, de creación en el arte, de esos “mundos posibles o imposibles”, como a continuación lo define Fonseca López, mundos que al tener su origen en una cosmovisión actual, en el “ahora mismo” de su creador, sugieren no poder marchar de otro modo que no sea de la mano con la modernidad.


Hemos hecho un recorrido por dos mundos aparentemente lejanos y extraños, pues se vuelven cercanos y conocidos cuando el compositor Marvin Coto decide iniciar la empresa titulada: Stabat Mater, obra electroacústica. Tema épico no fácil de abordar, matrimonio entre un modelo de composición antiguo y tradicional pero visto con el prisma moderno. El compositor logra su cometido tendiendo puentes con un común denominador: el dolor, y este se expresa desde el preludio de la obra, con voces procesadas que comunican mucho, sin importar qué dicen ni mucho menos quiénes son, este es uno de los puentes: nadie queda excluido ante el dolor. La obra posee un ritmo pero no como costumbre de la forma musical sino que el ritmo emula un corazón latiendo, casi espasmódico, sentenciado: el corazón de un moribundo. Algunos gestos de la obra se perciben incisivos y fríos, no peyorativamente, sino me refiero a la frialdad de la espada y su función aniquiladora en el escenario narrado. Marvin Coto recrea un momento, una atmósfera, y ¿acaso no es eso lo más complejo de conseguir en una obra, recrear mundos posibles o imposibles a partir del sonido, el pincel, el gesto o la palabra? El logro que el compositor consigue en esta obra me recuerda a las palabras del poeta francés Rimbaud: “Hay que ser absolutamente moderno”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario